miércoles, 6 de febrero de 2019

GATHER'EM

gather ye rosebuds while ye may,
old time is still a-flying:
and this same flower that smiles today
tomorrow will be dying

miércoles, 16 de agosto de 2017

Miro, observo.
Llevo años haciéndolo.
No soy hablador, pues nadie suele escuchar cuando realmente hablo.

Aprecio las palabras. Son valiosas, fuertes. Mucho más de lo que otros pueden llegar a pensar.

Todo en este mundo se consigue a partir de ellas.

Quiero cambiar, pero odio el cambio.

Mi mente vuela a lugares oscuros sin darme cuenta.

Me pellizco fuertemente cuando oigo esas palabras para no llorar. En su lugar mis labios se curvan hacia arriba. Sigue hablando sin darse cuenta de nada.

Esas palabras que vienen de alguien querido hacen que vuelva esa opresión en el pecho que creía perdida.

No voy a inundar mis ojos, pues estos tienen que verlo todo. Todo lo malo, lo verdadero.

No tengo fuerzas aunque aparente lo contrario. Pero lo único importante es la aparencia, no es cierto?



Para qué escribo? En el fondo quiero que alguien lo lea, lo vea, lo sienta.

Soy egoísta. Como todos. Me digo que no quiero lo que otros tienen pero solo me miento a mí misma.

Me he mentido tanto que a veces hasta lo he creido. Ya soy una experta.

El mundo sigue girando, y lo seguirá haciendo cuando yo no esté. Por qué pienso a menudo en ello? Soy solo alguien, aunque a veces me siento Nadie.

Nadie. Nada. Punto.

lunes, 14 de noviembre de 2016

1er capítulo

Ese momento de mi vida fue el peor, eso era lo que pensaba yo en ese momento. No sabía yo que la vida podía dar tantos giros y piruetas, ser tan macabra.

Nací en una casa de familia media, siendo yo hija única. Desde bien pequeña entendí que el amor era complicado ya que mis progenitores se peleaban a gritos a cada momento. A lo mejor fue en esos momentos en los que me empezó a surgir mi extraña personalidad.
Lo que puedo recordar de mi niñez se basa en gritos, peleas y bofetadas, aunque obviamente esta solo fuera una pequeña parte del todo. Pero tiendo a recordar solo lo malo en mi vida, así como olvido fácilmente lo bueno.
Nunca he tenido amigos de verdad, Cuando pienso en una amistad, una verdadera, me viene a la cabeza alguien en quien puedes confiar, a quien le puedes contar todo y seguirá estando a tu lado, alguien que te pueda entender.
Pero a mí no me pueden entender, No es que sea una adolescente que se siente el centro del mundo, para nada. Todo el contrario. Creo que no soy nada y que no me merezco seguir viviendo, pero tampoco tengo el valor de quitarme la vida y eso me hace odiarme más a mí misma.
Si digo que nadie me entiende, es porque ninguna persona con una mente estabilizada puede entender y aceptar lo que pasa por mi mente a distintas horas del día. No es bueno. No es nada bueno.

A veces, cuando veo a grupos de personas juntas caminando por la calle, los miro y me rio. Me siento superior a ellos, pero al siguiente instante algo en mi ser me frena, me tortura, se ríe de mí. ¿Cómo puedes creerte TÚ mejor que ellos? En esos momentos me duele el pecho y me tengo que sentar, Durante un tiempo pensé que tenía doble personalidad ya que tenía conversaciones con mímisma en mi cabeza, conversaciones en las que hay tanto preguntas como respuestas como extrañas risas y comentarios.

Busqué la enfermedad y me di cuenta de que no era mi caso, pero igualmente seguía temiendo que hubiera algo malo dentro de mí, que ese "yo malo" apareciera cuando le diera la gana para asustarme y hacerme sudar.

Hace un tiempo estaba en el autobús leyendo "Demian" un libro que me habían recomendado y me estaba encantando, cuando una frase llamó mi atención; "“Cuando alguien que de verdad necesita algo, lo encuentra, no es la casualidad quien lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello”. Estube pensando en esa frase todo el recorrido del autobús, siempre habiendo un interrogatorio en mi cabeza, contradicciones y aciertos, pero más de lo primero. Llegué a la conclusión de que podía ser cierta esa frase tan perfecta y bonita. Aunque no sabía si realmente lo creía o quería que así fuera. Este es mi problema, me cuesta avaluarme, me cuesta entenderme a mí misma y saber lo que REALMENTE pienso y quiero.

Una estación antes de la mía, vi una pareja que iba a entrar al autobús. No es que sienta odio hacia ellas, es tan solo risa. Me hace gracia pensar en lo que se dicen ahora y en lo que pueden llegarse a decir después. Todas las promesas que romperán, todas las mentiras que se contarán, mientras hacen ver al mundo que son una pareja perfecta.
En ese momento quería con todo mi ser que les pasara algo al entrar al autobús, que se calleran, que se pelearan,,,no importaba. Lo deseé con todo mi ser, pero nada pasó. Se sentaron y siguieron acamarelados hasta que yo bajé en la próxima estación. Cuando llegué a casa tiré el libro a la basura, y con esta acción os daréis cuenta de lo infantil y terca que puedo llegar a ser, El libro me había decepcionado, Herman Hesse me había decepcionado, me había mentido, engañado. Y yo siempre he odiado el engaño.

Estube unos días enfadada con Herman, ¿cómo me había podido hacer eso? Entonces, al cabo de unas dos semanas, la chica que había entrado en el autobús con su pareja anteriormente, entró sola y llorando. Mire por la ventana y me encontré que el chico estaba fumando y nervioso, parecía que habían roto. No pude controlar mi sorpresa y solté un gritito por el cual la chica me miró raro, pero no me importaba, Herman no me había mentido, lo que había escrito se había cumplido.

Esa noche, al llegar a casa mi gato me recibió fregando su cuerpo con mis piernas y me maulló haciéndome saber que tenía hambre. Lo alimenté y lo seguí acariciándo, sonriéndo por primera vez durante mucho tiempo. Los animales eran mi salvación. Tenía un gato llamado Max y un perro llamado Dallas, y ambos eran la alegría de mi vida. Cuando llegaba a casa cansada de todo el mundo y pensando en el por qué de esta vida, ellos me recibían con sus maullos, ladridos y sus movimientos de colas y me sacaban todo el peso que había acumulado en mis hombros durante el día.

Cenaba junto a ellos mientras los veía jugar y restregarse y sentía que hasta nuestros corazones llebaban el mismo ritmo en ese momento.

Mi día a día era una repetición del anterior, con pequeñas variaciones como las palabras de mi jefe, mientras algunas veces salía con: "ni se te ocurra entregarme esto tarde", otras venía con "como no llegues a tiempo..." o "mira que si no me lo das cuando lo pido..." aunque los finales nunca cambiaban; "estas despedida". Me amenazaba a diario con el hecho de despedirme y eso me alteraba en cada ocasión. Ya debería haberme acostumbrado, pero sin embargo esas palabras se quedaban grabadas en mi mente mientras escribía frenéticamente en mi ordenador para poder entregar todo a tiempo. Ser secretaria es uno de los peores trabajos si no eres una chica de cuerpo perfecto, y ese es mi caso. El jefe me desprecia, como también lo hacen los que están en posiciones mejores que yo que son básicamente toda la oficina. En esos momentos me vienen a la mente esas imágenes que no debería tener, esas que son malas y que quiero que desaparezcan.

Acabé Damien en el autobús de camino a casa, y me sacó una sonrisa. Estaba muy satisfecha con ese libro, y me sentía realizada habiendolo leído. Hacía tiempo que nada me producía tanto placer y quería celebrarlo así que antes de llegar a casa compré una botella de champán mientras la cajera me miraba con ojos de superioridad. Vaya hombre, qué bajo he caído si una cajera de supermercado me mira con superioridad. Cuando llegué a casa y me miré al espejo entendí el por qué de su mirada. Podía parecer una vagabunda perfectamente. Mi ropa, dos tallas más grandes de lo necesario, me caía sin ninguna gracia y los colores gricaseos y verdes camuflaje no ayudaban.

Cuando dejé las bolsas de la compra en la cocina me fijé en que la luz del baño estaba abierta. Qué extraño, pensé. Siempre me fijaba en que todo estubiese perfecto antes de salir. Fui a cerrar la luz cuando vi que la bañera estaba totamente llena. Me acerqué lentamente, mientras mis dedos temblaban al ver que no era agua cristalina sino sucia y grisácea. Tragué saliva, me arremangué la manga y rápidamente llegué al tapón para destaparlo y que el agua fluyera. Sin embargo en el mismo momento en el que se escuchaba el "plup" del tapón, mi brazo había tocado algo en el agua y yo había saltado del susto. Mi corazón latía a 200 por hora mientras la bañera se iba vaciando lentamente, para acabar haciendome gritar. Max, o lo que quedaba de él, yacía en la bañera con un rostro de terror y la mirada desenfocada.

Damien (III)

Cuando me comparaba con los demás, me sentía tantas veces orgulloso satisfecho de mí mismo como deprimido y humillado. Tan pronto creía ser un genio como me tenía por medio loco.

Damien (II)

[...]descubrí el gusto de la muerte; y la muerte sabe amarga porque es nacimiento, porque es miedo e incetidumbre ante una aterradora renovación...

Damien

“Cuando alguien que de verdad necesita algo, lo encuentra, no es la casualidad quien lo procura, sino él mismo. Su propio deseo y su propia necesidad le conducen a ello”.

Mi persona

A veces me asusto de mí misma, de mis pensamientos, de mis sentimientos.
Me encuentro con que puedo llorar facilmente con una película, una serie, un libro, una canción... algo que realmente no me pertenece. En cambio, me pasan cosas malas, muy malas en mi dia a dia y no siento nada. Me gustaría sentir, llorar en los momentos en que la gente llora, pero no puedo y me asusta. me asusta pensar que la persona que era antes se está yendo lejos, demasiado lejos. No quiero transformarme en un monstruo, no quiero matar en mi mente.

Mientras me sonreía

Y mientras me sonreía, no veía yo felicidad alguna en aquella tez, en aquella persona. Tan solo veía una máscara expuesta al mundo escondiendo una oscuridad, una soledad, un precipicio sin salida.

lunes, 18 de abril de 2016

PASÁNDO POR LA PÁGINA

Odio tener la vida que tengo.

Me leo miles de libros y sólo puedo deprimirme. En esas páginas donde hay criaturas mágicas, personajes únicos, mundos increíbles y hermosos, aventuras infinitas...

Y yo estoy aquí, con mi ordenador, sola. Sin esperar a nadie ni a nada. Mirando el lento pasar de las agujas del reloj, este reloj que me marca el tiempo que va pasando y que voy desperdiciando sin hacer nada. Nada que realmente quiera, nada que realmente sea interesante.

Quiero tener aventuras como en esos libros, quiero viajar a miles de sitios, quiero encontrarme con personas increíbles... pero nada pasará, nada pasará si sigo en mi habitación, sentada y escribiendo sobre lo que quiero hacer.

¿No sería maravilloso poder entrar en las páginas de alguno de esos libros? Libros de historia, de fantasía, de caballerías... Libros de aventuras al fin y al cabo.

Libros que relatan historias de personajes que a lo mejor en algún momento, en algún lugar, existieron.

¿Me dejas entrar? Así como Alicia caía en la madriguera del conejo o como pasaba por los espejos...déjame entrar en tus páginas y ser otro de los personajes de la historia.

viernes, 8 de abril de 2016

Miradas

Nuestros ojos se topan y apartamos la vista. Pero hay una atracción, mucho más grande que la gravedad que me mantiene en el suelo, que me hace volverme a girar. Volver a buscar esa mirada.
Entonces veo que tú también te has girado, tú también me miras, me observas.
Un rubor aparece en nuestras mejillas y bajamos la mirada.
Esos días inocentes en los que las miradas hacían tanto. Esos días en los que parecía todo tan mágico y profundo que no parecía real.
¿Podríamos volver? ¿Aunque fuera solo unos segundos? Quiero sentir esas pequeñas pero intensas emociones de nuevo. Quiero sentirte.

La vida

La vida a veces nos da por culo, a veces nos ofende y nos maltrata. Parece que se ria de nosotros en cada ocasión que puede.
El trabajo, las relaciones, los estudios, el deporte... Siempre encuentra algo con lo cual divertirse a nuestra costa.
Le gusta pasárselo bien y vernos sufrir. Vernos caer una, dos y cuatrocientas veces con esa dichosa piedra que ya aceptamos en nuestra vida porque siempre acabamos topando con ella.
La vida nos pone estas piedras, estos arbustos, estas ramas en el camino. Pero todo camino tiene sus percances y sus buenos ratos. Todos los caminos tienen también sus buenas vistas, su preciosa vegetación. Sin embargo a veces nos fijamos tanto en esas piedras que solo observamos el suelo y no nos fijamos en nuestro alrededor.

Sube la vista por un momento y mira a tu alrededor. ¿no es precioso lo que ves?

miércoles, 6 de abril de 2016

LA CHICA

La chica miró la pantalla.
Los mensajes que tanto esperaba nunca llegaban. No hacía otra cosa que observar esa rectangular pantalla del demonio.
El reloj de su mesita de noche no paraba con su tick tack mientras sus agujas parecían marearle y jugar a "quien va más despacio gana". Los segundos se convertían en minutos y estos en horas. Ella seguía allí, contemplando, esperando.
Pero él no hablaba, él no decía nada. Nunca lo hacía. Aunque ella esperase eternamente, él nunca respondería, porque todo lo que tenía que decir, él ya lo había dicho.

Ni lágrimas, ni sentimientos, ni nada. Eso era lo que sentía ella. Nada. Se estiró en la cama mientras esucuchaba la televisión que parecía estar a millones de km de donde ella se encontraba. Le asustaba no sentir nada. ¿Y si ya no volvía a sentir en toda su vida? ¿Y si todo lo sentimental que había sido hacía tantos años, ya nunca volvía?

Se contempló las manos. ¿De qué servía su existencia? ¿Quién repararía en su marcha si realmente se iba? Claro, aquellas personas con las que diariamente se cruzaba, pero, ¿y si esas personas solo estaban en su cabeza? ¿Y si lo estaba imaginando todo?

¿Y si todo lo que había vivido era en realidad un extraño y retorcido sueño?

domingo, 3 de abril de 2016

CORRO

Corro sin entender hacia donde voy,
miro hacia adelante sin dejar de mirar hacia atrás,
nada me sigue, pero sigo moviendome a toda velocidad,
voy rápido, mucho,
no como las otras veces.

Escucho ruidos de pisadas en el bosque,
no puedo saber si son mías o de otro,
intento averiguar mi dirección,
¿dónde estoy yendo?

Unos colores me dejan ciega,
para después entender que de una iglesia se trata,
entro sin pensarlo dos veces
mientras cierro detrás de mí.

Me detengo, respiro sin poder hacerlo,
miro al Dios que tengo delante,
no es como los de las iglesias normales,
me mira, sus ojos se tornar hacia arriba.

Miro en la dirección,
oscuridad lo empieza a llenar todo,
no puedo moverme, no puedo gritar.
La estátua empieza a cobrar vida,
se vuelve en mi peor pesadilla.

Crujen sus extremidades y su torso
mientras me mira sin mirar,
su cara desfigurada empieza a gritar,
no tengo escondite pues sé que fuera me espera algo peor.

Cierro los ojos, ya nada puedo hacer yo.

~Pesadillas.